Actualidad

Caramba cubana, lamentando mucho su dolencia y agradeciéndole el buen criterio que tiene de nuestros profesionales, le tengo que decir con mucho respeto que usted se equivoca. Se equivoca sencillamente porque está juzgando a nuestro hospital a la ligera. El hospital Celia Sánchez Manduley, siguiendo su analogía con la Divina Comedia, no es el Paraíso, pero menos es el Purgatorio o el Infierno.

 

Si nuestros pacientes abandonaran toda esperanza, no tendríamos los resultados que nos enorgullecen. De eso pueden dar fe las miles de vidas que salvamos cada año y las personas que devolvemos íntegras y útiles a sus hogares y a la sociedad ¿Problemas? Tenemos miles, sería hipócrita negarlos, no los escondemos, los enfrentamos. Esto no es una arenga barata, en su misma publicación hay comentarios que dan fe de que tales cosas no son la norma, son más bien la excepción.

 

Entrando en hechos que verdaderamente ilustran la realidad de nuestra segunda casa, le digo que se equivoca al decir que no hay sala de estar, de hecho, hay más de una y aquí le dejo las fotos. Tenemos dos en el cuerpo de guardia, donde ordenada y disciplinadamente los pacientes con códigos verdes y amarillos (este código de colores se aplica según la prioridad y necesidad de la atención) pueden esperar ser atendidos. Otras salas de estar en el hospital están ubicadas en el laboratorio central, registros médicos, microbiología, oftalmología, estomatología, gastro, cardiología, consulta externa, etc.

 

Las especialidades más demandadas en nuestro cuerpo de guardia de no tienen en ningún momento un solo médico. Diariamente la guardia de este hospital oscila por encima de los 70 médicos entre especialistas y residentes. Réstele a eso la guardia de anestesia y terapia intensiva, los demás radican en el departamento de urgencias (cuerpo de guardia). A este personal se le garantiza desde desayuno, incluyendo las meriendas y el resto de las comidas, así como local de aseo y descanso. Por supuesto que no estamos satisfechos y queremos mejores dormitorios, más calidad de la comida y más respeto por parte de los pacientes y acompañantes, que no siempre reconocen nuestro esfuerzo.

 

El departamento de imagenología, por suerte cuenta con dos equipos de ultrasonografía que, por supuesto en algún momento pueden sufrir un desperfecto, pero son resguardados por un colectivo de electromédicos ante los cuales hay que quitarse el sombrero. A ese colectivo no los detiene un cable ni mucho menos.

 

Siguiendo en la línea de nuestros medios diagnósticos, es cierto que nuestros aguerridos licenciados se desplazan por varios escenarios para garantizar el servicio, así logramos que los pacientes ingresados y los ambulatorios reciban este beneficio. Nuestros equipos se reparten entre el laboratorio central, el laboratorio de la terapia intensiva y el de cuerpo de guardia. Ponemos a disposición del 100% de nuestros pacientes los medios con los que contamos, además los pacientes graves y críticos tienen acceso inmediato a los medios diagnósticos (también les dejo imágenes).

 

El personal de servicio eternos héroes anónimos, garantiza la integridad de los procesos de apoyo a la asistencia. Me refiero a camilleros, mensajeros, aguateros, auxiliares de limpieza. Un equipo de estos labora 24 horas al día en ese cuerpo de guardia que usted pone al nivel del primer canto de la Divina Comedia. No hay justificación para un baño sucio, esas auxiliares que también cogen guagua y en su mayoría son de Troya, los mantienen impecables. Puede que el día de su ¨amarga experiencia¨ nos hubiéramos quedado sin agua corriente, pero los aguateros recorren una distancia que usted no se imagina para que esos baños se mantengan limpios.

 

Pero aprovecho para decirle que en esos baños nadie cuida la limpieza, nadie los descarga, son solo esas aguerridas mujeres las que muchas veces cubo en mano van detrás de aquel que se orina o defeca en el piso para corregir la cochinada. Los mensajeros recorren todo el hospital y cuando no están disponibles, nuestras enfermeras, sin ser su obligación, buscan a la farmacia los pedidos de medicamentos, todo por el bien del paciente.

 

Los profesionales de la salud somos parte del pueblo trabajador y hoy vivimos lo mismo que todos los cubanos, pero tenemos un deber sagrado. Eso quiere decir que nos sobreponemos, dejamos atrás los problemas personales, para hacer realidad lo que un día juramos. A, me incluyo porque, aunque soy el director, atiendo pacientes, doy docencia, investigo y trato de llevar a mis colegas por un camino mejor. Realmente me agrada leer que por ellos fue bien atendida.

 

Para terminar, es bueno que todos sepan que el cuerpo de guardia del hospital Celia Sánchez es completamente nuevo, lo que hoy ustedes pueden ver roto es fruto del maltrato de algunos de sus usuarios.

Realmente de todo corazón le deseo se recupere, puede contar y confiar usted como todo el pueblo de Manzanillo, en este equipo que día a día da lo mejor de sí.

 

Sinceramente le pido disculpas si sintió que nuestro humilde hospital no fue de su agrado, eso no nos amilana, por el contrario, nos alienta a ser mejores. Si así lo desea póngase en contacto con nuestro departamento de atención a la población.

Una vez mas no revelo la identidad de nadie, pues aunque es muy fácil ensuciar el nombre de nuestro hospital en las redes, particularmente no me siento capaz de exponer los datos de un paciente sin su autorización. Confío en que nuestros amigos en común le haran llegar estas líneas.

Una vez más le digo NUESTRO HOSPITAL NO ESTA EN RUINAS. Doctor Enrique Alejandro Matos Lastres, Director General del Hospital Provincial Celia Sánchez Manduley.