La pasión y entrega de este hombre hacia la Orquesta Original de Manzanillo no tiene límites, tanto que es el único del team técnico con más tiempo de permanencia en la nómina de la emblemática agrupación musical de la oriental Provincia de Granma.
Osvaldo Oliva es muy difícil que deje de sonreír con la misma humildad y sencillez con la que ha dibujado su paso a lo largo de los años por cualquiera de los escenarios en los cuales la Súper Charanga ha sido luz y alegría para miles de seguidores.
Hace mucho que Osvaldo Oliva sabe lo que tiene que hacer dentro del staff de técnicos y es certero, uno de los primeros en estar listos por lo que gana la consideración de Pachy y Miguelito Armesto y de todos, que hasta abre la letra de una de las más populares canciones de la agrupación: “Oye, Habana dile a Folecho…”
Osvaldo es el primero en llegar a la tarima para unir cables, empatar aquello o lo otro, probar micrófonos, alistar luces y ajustar cualquier instrumento.
Osvaldo hace de todo, y el equipo, Pachy y Miguelito le estiman. Osvaldo es incapaz de decir no a algo, es bromista y ríe a carcajadas, pero no se pase en jaranas con él, ¡qué cosa tú!
Osvaldo ha sembrado amistades especiales desde el Cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí por esa humildad y sencillez que siempre trae a cuesta para regalar a todos, es la expresión exacta que cada integrante de la Orquesta de la Familia cubana es buena persona.
Hace muchos años que Osvaldo Oliva perdió su nombre para ser, hasta hoy, Habana, el clásico de la Original de Manzanillo.
Roberto Mesa Matos
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