Por primera vez en la historia de los 46 años de los órganos locales del Poder Popular, la Asamblea Municipal de Manzanillo la dirigen tres mujeres.
Rocío Naranjo Figueredo es la Presidenta de esa institución para el 18 período de mandato que tendrá a Ana Isabel Ramírez Sánchez como Vicepresidenta.
La dirección del máximo órgano del Poder estatal local la compañera Liudmila Guerra Suárez, quien será la Secretaria, cargo que asume por designación.
No hay otra palabra que califiqué con exactitud la disposición de estas tres mujeres para asumir, desde hoy, las riendas de la Asamblea de Gobierno.
El primer punto de confianza está en enfrentar con dignidad el cargo que hoy 106 personas le ponen sobre sus hombros y las mujeres merecen el eligio porque reciben un territorio con una economía con más gastos que ganancias y una arquitectura urgida de luces.
Además, las insatisfacciones del pueblo con los servicios que reciben en todos los órdenes y necesidad de sólidas transformaciones en los barrios y comunidades, ellas lo tienen claro.
Si hay algo que puede ser seguro con Rocío Naranjo Figueredo y Ana Isabel Ramírez Sánchez, elegidas hoy como respectivas, Presidenta y Vicepresidenta, es su preparación, y las ansias de avanzar, sin mirar el reloj.
Las dos han dejado claro que hasta sus respectivos compañeros en la vida, los hijos, la familia toda, tiene que esperar porque llama el deber de servir al pueblo, de abrazar sus problemas cotidianos como propios y salir tras las luces, sabiendo que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz.
Rocío Naranjo Figueredo y Ana Isabel Ramírez Sánchez son par de manzanilleras valientes porque desde hoy alzan el decoro de las cubanas en un desempeño que hace más de 10 años se reservó a hombres.
No existe obra humana que no lleve el ímpetu y la ternura; la fuerza y el perfume de la mujer. Rocío, Ana Isabel y Liudmila tienen en sus manos la posibilidad de rubricarlo.
Texto y Foto Roberto Mesa Matos
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