Para la mayoría de los manzanilleros, la palabra Merchán no pasa de ser el nombre de una calle en la ciudad, incluso, muchos desconocen si la gracia refiere a un hombre o una mujer; y resulta lamentable, pues Rafael María Merchán y Pérez tiene un sitio, sin duda alguna, entre lo que más vale y brilla de la cultura cubana.

El sábado primero de enero de 1831 Don Miguel José de Espinosa, Presbítero Cura de la parroquial de San José y Santa Rita de Yara bautizó, puso óleo y crisma con las bendiciones eclesiásticas a un niño de diez días de nacido al que habían dado por nombre Bartolomé de Jesús. Provocaba así Bartolomé Masó Márquez, una primera huella en los lares de Clío; mientras la no especificación del día del alumbramiento creaba duda, pues si asumimos que la decena de días incluyen el del bautizo, el de su nacimiento debió ser por tanto el 22 de Diciembre; más, es el mismo Bartolomé quien elimina todo tipo de dubitación cuando en unos datos autógrafos señala haber nacido el 21.