Armado de mucho valor y disposición irrestricta, salió el grupo de valiosos jóvenes en total silencio, desde las costas del hermano país azteca, el 25 de noviembre de 1956, les acompañaba la decisión del líder de la travesía de “SALIR, LLEGAR, ENTRAR Y TRIUNFAR”.
Con la preciada carga en su reducido espacio llegó la embarcación que traería la luz a la sufrida patria con aquella Generación del Centenario, un día como hoy, hace 64 años.
El inhóspito pantano y el mangle de Los Cayuelos, en las costas del municipio de Niquero, recuerdan aún las peripecias del arriesgado desembarco de los 82 hombres que sin otro interés que el de Ser libres o mártires, no escatimaron esfuerzos y aunque extenuados y con ropas y calzado desechos, trataron de pisar tierra firme.
Los acontecimientos exponen cómo las fuerzas de la dictadura batistiana conociendo de la noticia del desembarco por Playas las Coloradas, atacaron con fuego de la aviación, sin embargo los revolucionarios emprendieron su propósito de alcanzar la Sierra Maestra que sería el escenario principal de lucha en los próximos dos años.
Sobre el desembarco escribiría después el Che Guevara: “Quedamos en tierra firme, a la deriva, dando traspiés, constituyendo un ejército de sombras, de fantasmas, que caminaban como siguiendo el impulso de algún mecanismo psíquico”.
La llegada de esta fuerza vigorosa, entrenada y consciente marcó el inicio de la derrota del dictador Fulgencio Batista, a partir de ese momento comenzó la guerra de guerrillas en las lomas del oriente de Cuba.
En esos apartados lares, la sangre y el sudor de hombres y mujeres forjaron la Revolución que alcanzara su triunfo el 1 de enero de 1959.
A 64 años, el Granma continúa navegando a lo largo y ancho de esta Isla libre e independiente junto a un heroico pueblo que tiene la honrosa misión de Pensar y Hacer una Mejor Cuba. Comentó Carmen León Guerra.
