Descripcin fsica, nombres y extensin de los cayos manzanilleros.
Son 11 cayos bien definidos y otros 3 muy pequeños sin nombre.
Se asientan en una plataforma con profundidades oscilantes entre 0,2 y 20 m.
Su relieve es bajo (alturas entre 0,2 y 1,5 m ).
La vegetación principal es de manglar aunque hay un uveral incipiente en Cayo Blanco.
Cayo Perla es completamente arenoso y Cayo Blanco posee su franja arenosa hacia la porción Sur, con una barra submarina de igual constitución.

De acuerdo con el Nuevo Atlas Nacional de Cuba (1989) los paisajes predominantes son:
Llanura erosiva formada por marga y flysch, media, con plantaciones de caña de azúcar (al centro Sur del municipio).
Llanuras erosivas formadas por marga, caliza, arenisca y flysch, alta, con pastos y matorral secundario (al Sur del paisaje anterior).

En relación con este municipio el Nuevo Atlas Nacional de Cuba (1989) informa, entre otras cosas, lo siguiente:
El clima, de acuerdo a la tipología de Koeppen modificada es clasificable como tropical lluvioso con verano relativamente húmedo o de sabana.
El municipio es prácticamente atravesado por el límite entre dos subregiones climáticas del Caribe: Caribe Noroccidental (vientos variables y calmas con influencia estacional del continente) y Caribe Sudoriental (alisios con zonas relativamente lluviosas).
Su estación meteorológica, que comenzó sus observaciones en 1965 y está ubicada a 10 m de altitud, pertenece a la red básica de programa único.

Por el municipio corren varios ríos y arroyos, siendo los más importantes los ríos: Yara, Jibacoa, Hicotea, Guabeje, Limones y Hondo. El río Hicotea limita con el municipio de Yara y el río Jibacoa con el municipio de Campechuela. Este último río, por la extensión de su recorrido, dentro o al borde Este del municipio, es el más importante. Los ríos Jibacoa, Guabeje, Limones y Hondo tributan, primaria o secundariamente, al Guá para desembocar en Punta Guá.

La fauna municipal es mayormente antropogenia, debido a la destrucción de los hábitats de la fauna original y ocupación de la mayor parte de los nuevos espacios ecológicos modificados o surgidos durante la actividad humana por animales tolerantes y adaptables. Escasas poblaciones de animales endémicos cubanos o locales sobreviven con dificultades crecientes.

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